Galería virtual diciembre

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En Suecia, se reconstruyeron a través de organizaciones políticas, solidarias, culturales, arte en el exilio, se editaron libros en español y sueco, se hicieron festivales solidarios, recrearon conjuntos musicales, programas radiales en español, radios comunitarias, carnavales, fiestas barriales, etc., que permitieron sostener el destierro forzado.


En Hammarkullen, barrio de Gotemburgo, con más de medio centenar de asociaciones de extranjeros en un contexto de seis mil habitantes, a principio de los ochenta, se organizó un Carnaval donde se recreaban las costumbres carnavalescas latinoamericanas. La comunidad uruguaya tuvo un rol predominante. Cada grupo de exiliados buscó reivindicar sus raíces.


El candombe, música y danza con tambores tradicionales de Montevideo, se ganó un lugar de representación en el carnaval uruguayo. La dura represión hacia las personas afrovisibles y en particular hacia la cultura del candombe, fue una de las características del racismo de la dictadura en Uruguay. Por ende, un gran número de personas afro exiliadas, resistió en Buenos Aires. También se dispersaron a lo largo y ancho del mundo.

Como en el contexto del carnaval organizado por exiliados lationamericanos en Suecia, los tambores al fuego, se convirtieron en marca registrada del carnaval uruguayo en el exilio.

Ninguna otra manifestación popular remite a nuestro país, tanto como los tambores del candombe. En este sentido, se tornaron símbolo de la identidad uruguaya que solapa lo estrictamente étnico-racial y remite al Uruguay en y del exilio.

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